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martes, 11 de diciembre de 2012

A su muerte era una Mujer Feliz y Bendecida por Dios


Ciudad de México.    BBC Mundo.   "Estoy muy feliz, muy bendecida", dijo Jenni Rivera antes de abordar un avión que la llevaría de Monterrey, Nuevo León, a Toluca, en el centro de México. Horas después, la aeronave cayó en un cerro. La cantante de música norteña no sobrevivió. El sitio donde ocurrió el percance es una zona montañosa de la Sierra de Galeana, a unos 140 kilómetros del aeropuerto donde había despegado. En el aparato viajaban otras seis personas, entre ellas dos pilotos, su representante artístico y el abogado que ayudaba a tramitar su divorcio.
La Diva de la Banda, como se le conocía, estaba en la cúspide de su carrera según reconocieron publicaciones especializadas. Con 43 años de edad vendió más de 20 millones de discos, y preparaba un nuevo programa que se transmitiría en una cadena de televisión de Estados Unidos.
La cantante estaba feliz porque cumplió una meta que anhelaba desde tiempo atrás: llenar el escenario de la Arena Monterrey, donde ofreció un concierto que reunió a más de 15.000 personas.
Después de su última actuación, Rivera habló con un grupo de periodistas, algo que había evitado hacer en los últimos meses.
Fue un encuentro inusualmente franco pues la cantante habló de su vida personal: de la reciente separación de su esposo, el beisbolista Esteban Loaiza, de la reconciliación con su hermano, el también cantante Lupillo Rivera, de quien se había distanciado, y de la emoción que sentía cada vez que se encontraba con el público.
"En el escenario sigo siendo mujer", dijo a los periodistas. "En el escenario se trae a la madre y sus sentimientos. Hay ciertas canciones que me llegan, qué bueno que ellos me comprenden".
Y tal vez fue así, pues su público le es particularmente fiel. Cuando se supo que el avión donde Jenni Rivera viajaba estaba desaparecido, en su página de Facebook apareció un desesperado mensaje de una seguidora, Erika Dianey Moreno: "Jenni da señales de vida mija xfa".
Jenny Dolores Rivera Saavedra, el nombre real de la Diva de la Banda, no tuvo una vida fácil.
Nació el 2 de julio de 1969 en Long Beach, California, una de las comunidades con mayor población mexicana en Estados Unidos. Sus padres son inmigrantes que a finales de la década de los años 50 se asentaron en ese sitio, que forma parte de la zona conurbada de Los Angeles.
Cuando aún estudiaba bachillerato, a los 15 años de edad, nació el primero de sus cinco hijos, lo que la obligó a vender discos y cassettes en mercados callejeros para sostenerse.
Eso no impidió que estudiara administración de empresas, una decisión que años después le ayudó a fundar algunas compañías con sus hijos. También creó una fundación para ayudar a madres solteras y niños abusados o que padecían cáncer.
Pero ese no era el camino que deseaba. Uno de sus hermanos, Guadalupe, se convirtió en cantante profesional de música norteña y en ocasiones le permitía a Jenni aparecer en sus espectáculos para cantar sólo una canción.
En esos días la chica tenía sobrepeso, un problema que se combinaba con su vida familiar. Una de sus parejas fue sentenciada por cometer abuso sexual contra las hijas de Rivera, y después la cantante sufrió violencia doméstica.
Esto marcó su vida artística. Varias de las canciones que compuso tenían un rasgo autobiográfico, e incluso con frecuencia lloraba en el escenario al interpretar algunas composiciones.
En 2010 la Coalición Nacional contra la Violencia Doméstica de Estados Unidos la nombró portavoz oficial en su campaña contra la violencia intrafamiliar y el abuso sexual.
Fue en ese país donde se concentró el éxito de la Diva de la Banda. La cadena hispana de televisión Telemundo transmitió una serie de telerrealidad sobre su familia, que le permitió producir algunos programas similares.
Las causas del accidente en que murió la Diva de la Banda no se conocen, aunque la policía llegó a Iturbide, el lugar donde se concentró la búsqueda.  

Tomado de el Nacional .Com

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