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miércoles, 28 de enero de 2015

Maridalia Hernández quiere grabar con Fefita la Grande

                                                           

Afirma haber ganado el más grande al concebir a su única hija: Camila, ahora de 24 años, quien, aunque no siguió los pasos artísticos de su madre, se graduó de Mercadeo

A pesar de tantos años de carrera y el éxito alcanzado, Maridalia Hernández considera que le falta todo por dar. Para ella nunca acaba la persecución de sueños, el crecimiento profesional y personal, así como las oportunidades de conquistar más público.
“Si pido más de lo que recibo espontáneamente soy una gandía”, dice Maridalia Hernández Morel, -con ojos brillantes que reflejan la paz que existe en su corazón. Sin embargo, añade: “Ahora es que esto empieza”.
Privilegiada es de haber nacido en el seno de una familia de artistas, de donde, en su momento, emergieron también Príamo Morel, Yoryi Morel, Orlando Menicucci Morel, María Luisa Hernández... artífices de la belleza que se plasma en lienzos y en escenarios.
Recuerda que en su natal Santiago, doña Dominica Eloy tenía lo que se pudiera llamar la primera academia privada de música. Allí inició con un grupo de amigos a acercarse al mundo de la formación artística.
Ella revela que si no hubiera sido cantante estaría inmersa en el mundo de la psicología, pues le llama la atención todo lo concerniente a la conducta humana.
Todo estaba listo para que Maridalia, que ya había avanzado en su educación musical, fuera a la ciudad de Viena, Austria, a tomar clases de piano clásico en el conservatorio. Sólo faltaba tomar el examen de admisión, cuando en 1981 el productor y pianista Luis José Mella, a quien considera su descubridor, la escuchó cantar.
De ahí sale el espectáculo “Sonido para una imagen”, donde entonó la emblemática canción “New York, New York”, sorprendiendo de tal modo al auditorio, que más de dos veces tuvo que salir a escena para repetirla. De este momento, conserva el recuerdo de sus compañeros Rita Ricardo, Félix Germán y Agustín Heredia, pero también el apoyo de sus padres, su maestra de piano Milagros Beras y los medios de comunicación.

Fuente  Externa

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