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jueves, 5 de febrero de 2015

Merenguero Silvio Mora luego de atravesar una grave crisis económica por demanda de músicos, hoy Dios le brinda grandes oportunidades.

                          


Desde hace un tiempo se comenta que Silvio Mora entregó su fortuna a la iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), conocida por su programa de televisión “Pare de sufrir”, iglesia de origen brasileño en la que se congrega.
El merenguero se sorprende porque en muchas ocasiones le han cuestionado al respecto. Pero sonríe y dice: “No entiendo por qué la gente me pregunta si mi yipeta yo la entregué a la iglesia. No son ciertos esos comentarios”, aclaró. Inmediatamente explicó: “Lo cierto es que yo me fui a la ruina porque tres de los músicos, que tocaban conmigo, me demandaron y tuve que vender mi yipeta para poder saldar las prestaciones de esos músicos”, reveló.
Silvio, quien ahora disfruta de la pegada del merengue “Llegó el pavo” y con el que ha logrado recuperarse económicamente, lamentó que algunos músicos después que baja la temporada de fiestas se van al Ministerio de Trabajo y demandan a los líderes de orquestas. “Ese fue el problema que tuvo Tulile y tuvo que irse del país, pero yo soy un hombre y enfrenté la situación”, aseveró.
Tras las demanda, Silvio quedó prácticamente en la ruina por lo que se asoció con un amigo y terminó abriendo un negocio de vender chicharrones. “Me vi en una situación muy difícil, sin un éxito en la radio, mi esposa sin trabajo y con un hijo pequeño, pero gracias a Dios ya me he recuperado”.
En la iglesia
Desde el 2006 Silvio Mora asegura que entregó su vida al Señor y allí encontró la paz que necesitaba su corazón. Contó que su madre tenía problemas con el alcohol y el juego. Además, tenía un novio que era mucho más joven que ella. También un familiar suyo se encontraba muy enfermo y la familia atravesaba por momentos económicos muy críticos.
“Yo viví el testimonio de la cura de mi familiar y de cómo mi madre dejó los vicios y el novio que le sacaba dinero. De repente vi que mi madre se ponía a predicar la palabra en la casa y recordé que en mis momentos difíciles yo le pedía a Dios que me ayudara con mi carrera artística”.
Es por esta experiencia que Silvio relata que se congregó a esta iglesia. “Yo ofrezco mi diezmo a la iglesia, le agradezco a Dios que soy un hombre nuevo, fiel a mi esposa, y que ya veo la vida diferente. Y lo de la fidelidad era algo muy difícil en mi vida y ahora lo puedo decir con toda seguridad”. 

Fuente  Externa

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