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domingo, 13 de diciembre de 2015

Los comunicadores y artistas no han sido buenos gerenciando estaciones de radio

                                               Joseph Caceres



El gurú del periodismo del espectáculo Joseph Cáceres hizo un listado de las figuras del medio que han llegado a convertirse en propietarios de canales de televisión y emisoras de radio, pero han sido malos administradores.
Se recuerda el caso de Magda Florencio y su canal especializado en sociales, que le vendió a Baninter por 15 millones de pesos.
Marino Guzmán, concesionario de sistemas de cable en pueblos del interior del país, que los vendió al “mejor postor”, por unos dólares más, como la película.
El fenecido Eddy Abikarán, también favorecido con una frecuencia de emisora en Nagua, y que vendió a la gente de Ferretería Americana, propietaria de Radio Tele América.
Héctor José Torres, La Fuerza, que vendió la F.M. de Radio Universal.
Juan TH quien también traspasó una estación  de radio.
El empresario artístico Luis Medrano obtuvo una licencia  que al final de cuentas no puso en operaciones.
De igual manera Sergio Vargas, con lo que sería Radio Villa, en Villa Altagracia.
Si buscamos más atrás, nos encontramos con el detalle de que en el proyecto original de Radio Popular estuvo Johnny Ventura junto a Rafael Corporán de los Santos, pero al final el primero  le dejó al segundo el negocio de la radio.
Wilfrido Vargas fue propietario de  Kiss  94.9, y se la dejó a Marino Vázquez.
El comunicador Periandro Delgado,  la emisora Tentación, luego convertida en “La Dura”, que fue vendida a Antonio Espaillat.
Chery Jiménez y Raphy Mercado operaban la frecuencia 90.5 que se convirtió en Estrella 90.
Juan Luis Guerra y Viva FM, cedida a Bienvenido Rodríguez, que la  opera como Fidelity.
José Lluberes tenía “Melodías”, donde se inició Jochy Santos junto a Charlie Mariotti en el programa que luego se convirtió en Botando el Golpe.
En este interesante trabajo publicado en la pagina del zorro http://merengala.blogspot.com/ se destacó que ni siquiera los empresarios disqueros como Nelson y Juan Estévez de J& Récords pudieron aguantar el “chucho” de la radio, con Rumba F.M. y en la capital y en Santiago. La Rumba de Santiago se la vendieron al merenguero identificado como El Faraón, quien al cabo de un tiempo se la vendió a Juan Ramón Gómez Díaz.
Es curioso el detalle, pero la gente de la comunicación y del arte es la que menos se ha podido sustentar en la radio, a nivel gerencial, o como dueños de estaciones radiales.
Una paradoja…Tan cercanos y ligados al negocio, y sin embargo la mayoría han fracasado y han tenido que dejárselo a otros.

Fuente  Radio Nota

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