Labels

miércoles, 29 de junio de 2016

Locutores atentan contra sus emisoras







Por Jenchy Suero
Para  mundodelarte  rd

Desde que comenzaron las transmisiones radiales en 1926 y a partir del momento en que se comenzó a utilizar comercialmente, realizando producciones de entretenimiento, basado fundamentalmente en la música y una buena, correcta y agradable expresión de las palabras con fines de comunicar ideas y conceptos, la radio ha cambiado considerablemente la forma de ofrecer los contenidos de sus programaciones; dentro de los elementos que no han cambiado, todavía, está el respeto a los espacios.
Los espacios comerciales, tienen su tiempo, y ese tiempo es sagrado porque ellos en su totalidad, representan el fin lucrativo de una transmisión de radio; eso se respeta. Cuando una  estación es musical, es esa la razón por la cual, los oyentes que quieren oír música, la sintonizan y  quieren disfrutar al máximo la grabación que les gusta; eso no ha cambiado. La música en la radio es el entendimiento por excelencia que ofrece este medio, después están los espacios de otras ramas y naturaleza. Con la música se baila, hace reír, se canta, se expresan sentimientos y los oyentes que consumen la difusión que ofrece la estación de su preferencia, desea consumir su contenido en su totalidad.
Cuando un conductor de un programa no respeta los espacios, atenta contra la imagen, la predilección y la alternativa que representa dicha estación para quienes la consumen, los oyentes. Si respetan los espacios comerciales, elementos fundamentales para la sustentación de un medio de comunicación; también hay que respetar los espacios destinados a entretener a quienes nos escuchan. Si no se respeta el espacio de la música, ese el locutor o locutora atenta contra la predilección de los oyentes a tener esa radio como alternativa en los  diferentes momentos de su vida.
Un animador o animadora no puede interrumpir a un cantante para saludar a un compadre, tantas veces en el transcurrir de un disco, donde hay oyentes que lo están cantando, otros lo están escuchando, otros lo están bailando etc., y en el transcurrir del mismo, un locutor diciendo de todo; pero, sin importancia, existiendo otro espacio en donde perfectamente puede hacerlo y quedarle más bien, dentro de la difusión de su espacio musical. 
Eso, parece que se está convirtiendo en una modalidad nueva de la radio, y no creo que si alguien canta, encima de quien canta, no es ético que alguien hable, que interrumpa a quien usted puso a cantar, a través de un disco, para que sus oyentes lo oigan y disfruten.
Una emisora está siendo escuchada por un grupo considerable de personas en un colmadon; se colocó una bachata que se está difundiendo mucho, entra el locutor, muchos de los presentes comenzaron a cantar la bachata, vuelve a intervenir el locutor, dos comienzan a bailar y tienen que parar cuando vuelve y habla el locutor, continua la gente, cantando, escuchando y bailando….. Casi a la mitad, vuelve el locutor a hablar; razón por la cual la gente deja de cantar, disfrutar y bailar…. Rápido surge la propuesta de algunos parroquianos presentes de que se cambie la emisora, porque ese locutor habla demasiado y no deja que el disco suene.
 La emisora fue cambiada y la misma perdió aproximadamente unos 30 escuchas, quedando la idea de que en esa estación los locutores hablan demasiado m……, esto así, porque tenemos la cultura de generalizar; pero la que más pierde fue el negocio, la estación de radio.

0 comentarios:

Publicar un comentario