Puerto Plata, República Dominicana.- Poseído por un espíritu cargado de muy buena vibra, calmado, espontaneo, seguro de sí mismo pero distante y sosegado, atrapado entre el deseo y la pasión, las lágrimas al borde de caer como tormenta implacable pero detenidas para no doblegarse ante las toneladas de emociones, El Fuerte caminó por encima del turbulento en algunas ocasiones pero suave en otras dibujando cuadros con su diferentes propuesta del azul intenso o muy diferente según lo decida la naturaleza del mar del Atlántico que baña el desafiante, maravilloso y hermoso monumento de la música de la novia del Atlántico el anfiteatro que es mágico donde la historia y la belleza crean un paisaje inolvidable.
En un escenario 72x72 impresionante, impactante, luces inteligentes, cinco pantallas, colores por todo el escenario, todo un arco iris cambiante y un potente y buen sonido dejaron al público hechizado.
Comienza el efecto Omega, imagen, video, sonidos, algarabía, una voz pre grabada que ponía en alerta que su majestad del merengue urbano se asomaba a la cita prometida, ese ídolo del amor y el desamor de sus prosas que tienen como soporte musical un mambo que atrapa y hace cantar, saltar, bailar, y desenfrenarse entrando en una prisión rítmica multitudinaria, chispeante, candenciosa,
Un grito en voz alta de ese merengue hecho con el contenido del auténtico espíritu que sale del corazón del pueblo, del callejón, de la parte atrás, de la calle donde se juega domino en las aceras, donde se ponen piscinas inflables en medio de sus calles, donde pasa el marchante, el motoconcho, las mujeres en rolo, el bullicio del día a día del limpiabota, del yaniqueque, el chicharrón, los palitos de coco, en fin donde se sobrevive con el cuchillo en la boca, diríamos hogar de diferentes personajes como Pedro Navaja, Juancito Alimañas, El Gran Varón, o juanita Morel y se conquistan las avenidas y se traspolariza en la socialite que salió del armario y llegó a darse un baño sincero de pueblo en el precioso escenario del anfiteatro puerto plata para ver, sentir y dar testimonio de cómo el talento y la magia del carisma navegan juntos.
Los celulares grabando o fotografiando crearon un cielo estrellado en la tierra mientras la luna y las estrellas no quisieron perderse ni un instante la gran demostración de popularidad de Omega el fuerte que pasó con excelente nota uno de sus más importantes desafíos en su carrera.
Creo una histeria colectiva desde que se asomó al escenario, nunca paró la alegría, hechizo, impactó, estuvo sencillamente espectacular, electrizante, sensacional, repartió por todo el escenario un gran derroche de éxitos que sus fanes vibraron, enloquecieron y mostraron felicidad al volver verlo renovado, distinto, y creando letras para los milenios que también atrapan a familias completas.
Vestido como nos tiene acostumbrado a la última moda, con seis coloridas bailarinas, efectos piro técnicos, un soporte musical de merengue urbano o callejero con calidad expusieron a un nuevo Omega como el Rey de ese estilo que domina la escena musical del continente.
Temas como “Chambonea”, “No hay manera”, “Lloraras”, “La avenida”, “Mi alma se muere”, “Tu no ta pa mí”, “Si te vas”, “Ando solo”, “La venda”, “No hay manera”, “Ratata”, “Un día de suerte”, “Me tienen para”, “Besas tan bien”, “Un tro de gente”, “Mal amor”, “Me engañaste”, “Me persiguen”, entre otros, fueron interpretado por El Fuerte, tarareado, bailado, aplaudido y disfrutado por el público.
Fuente Ramón Chavez
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