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miércoles, 26 de febrero de 2020

Peña Suazo, de vendedor de dulces a líder musical

   


José Virgilio Peña Suazo se prepara para festejar sus 25 años en la industria discográfica, el próximo 28 de febrero en Hard Rock Café de Santo Domingo.

“Ahí abarcaremos la música que yo he hecho para mí, la que he hecho para otros, facetas mías como merenguero, bolerista, entre otras”, dijo el cantautor en una entrevista con elCaribe.

Peña Suazo define como “muy bonita” su carrera de 25 años en la música, donde es considerado como uno de los más importantes propulsores del ritmo de la güira y la tambora de estos tiempos.

“Recuerdo cuando hice mi primer arreglo, a Cuco Valoy, con la canción ‘El milloncito’. Tuve la dicha de que Cuco se lo llevó a su hijo, Ramón Orlando, un músico de conservatorio, y yo que la música que sabía me la enseñó la vida. Ramón Orlando le dijo a su papá: -pero es que esto es un palo-. Es decir, que a partir de ese momento un genio de la música me da la aprobación como arreglista”.

Desde entonces, comenzó a prepararse como músico, con estudios de varios instrumentos, como la trompeta, y de canto. En los tiempos que Cuco Valoy se fue a residir a Estados Unidos, el líder de “La banda gorda” comenzó a vender algunos arreglos y a intercambiarlos por objetos de valor, como el primer televisor que le regaló a su mamá. “Luego fui profundizando, porque a todo esto, todo lo que yo sé lo he aprendido solo. He tenido que ser autodidacta y, gracias a Dios,  el músico y maestro Crispín Fernández cuando hacía mi primer arreglo me corregía. Soy autodidacta, pero he encontrado en el camino asesores y consejos y los he tomado”, valoró.

Se quejaba con Dios

Peña Suazo cuenta que en principio se quejaba mucho con Dios cuando vendía dulces, y que, al parecer, todo lo que tuvo que andar en la calle le permitió ese contacto con el pueblo que lo formó para ser una persona con conocimiento social.

Sostiene que esta fue la base para componer muchos de sus éxitos. “Entonces de ahí es que viene la escritura... De todas esas ocurrencias salieron mis temas, como ‘Subido en el palo”. Soy muy folclórico, tengo mucho conocimiento de eso, porque crecí en la calle vendiendo; entonces, eso me dio esa cultura y ya después uno se va refinando”, agregó el artista popular.

Observa con mucha tristeza que la parte folclórica del cancionero dominicano se ha ido perdiendo un poco. “Las sociedades van cambiando, se van implementando otros códigos. Por ejemplo, si la gente te decía antes: -espérame a esa hora allá-, en estos tiempos te dicen: -yo te freno allá-. Son nuevos códigos, entonces hay que ir cambiando y aunque uno trate de mantener ciertos merengues, que tengan el aire de lo folclórico, no te puedes pelear con la realidad, porque la gente deja de escuchar tu música”, sostiene.

Precisamente, ir evolucionando ha sido parte de la clave para mantenerse. Por eso trata de “hacer temas bonitos, con buena estructura, como ‘Corazón equivocado’, ‘Yo sé que Dios me tiene a mí lo mío’, porque lo único que el tiempo no mata es la calidad; al contrario, mientras más pasa el tiempo la calidad coge más valor”.


Fuente  Externa .

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