A pesar de la paralización que les supuso a los países la pandemia covid, la industria del cine dominicano siguió trabajando en los aspectos que eran de labor individual, sobre todo los guiones, o de reducidos grupos, tomando las medidas de distanciamiento y protocolos.
Cuando llegó la pandemia ya había una cantidad de películas terminadas, como Nadie muere en Ambrosia (rodada en 2016) y La otra Penélope (2017/18).
Una de las ventajas de compilar y analizar esta cantidad de títulos es determinar la falsedad que implica concebir que todo el cine dominicano cabe en una etiqueta.
Incluso han cambiado los patrones de producción: la comedia (sobre todo la que con todo su derecho se produce con criterio comercial) ya no es dominante. Cuatro comedias – incluso con líneas distintas- hay en este listado, en que aparece más de 30 dramas y siete documentales, algunos thirllers y hasta una película animada.
El esfuerzo debe orientarse a la calidad y al desarrollo de una marca cinematográfica distintiva, de modo que para 2022 podamos figurar en las nominaciones de unos premios como Los Platino y Los Goya. Aspirar a los Oscar, ahora, es una quimera sobre todo por la inversión que demanda ese premio mundial en publicidad.
Fuente Externa .
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