Labels

lunes, 9 de noviembre de 2015

Ángela Carrasco: "Sigo cantando y dirijo una academia musical"




Me encuentro con Ángela Carrasco en una gala celebrada en el Auditorio de Música de Madrid. Mantiene su espléndida belleza y una innata simpatía. Erróneamente la creía poco más o menos retirada, a punto de cumplir sesenta y seis años el próximo enero.

 Me saca de dudas. Así, me entero de que el 18 de este mes de noviembre recibirá en Las Vegas un Grammy Latino, en razón al tiempo precisamente que lleva cantando: más de medio siglo, pues comenzó muy jovencita a hacer gorgoritos. Sin duda ayudada por sus padres, él profesor de guitarra, ella, cantante. No obstante su vocación artística, para complacer a sus progenitores, estudió dos años de Arquitectura y cuatro de Decoración.

Su vida tuvo después ingredientes algo novelescos, pues decidió venir a España en 1972 con el propósito de perfeccionar aquellas materias. Y he aquí que a poco de su llegada fue invitada a una fiesta en la embajada de la República Dominicana, su país, 

donde enterados sus organizadores de sus antecedentes musicales, le rogaron que interpretara algunas canciones. Presente en la velada el conocido realizador de Televisión Española Valerio Lazarov, le propuso debutar en un programa que estaba a punto de emitirse, Señoras y señores. Primero, en calidad de azafata, mostrando únicamente su palmito (por cierto, junto a otra primeriza Norma Duval) y después ya luciéndose como presentadora. De aquella inesperada irrupción en el mundo del espectáculo surgió la futura gran estrella de la canción, ya olvidándose para siempre de su faceta de arquitecta y decoradora.

En ese tiempo, contrajo matrimonio en 1973 con Ramón Ignacio Socías Báez, compatriota suyo, economista de profesión, al que conocía desde su adolescencia, con quien tendría dos hijos, el primero en 1975, al que impusieron por la gran admiración de ella hacia Elvis Presley, Elvis Rafael, y el segundo diez años más tarde, Iron Bill. Feliz en su larga vida familiar como esposa y madre, comenta orgullosa: "Llevo casada cuarenta y tres años con el único amor que he tenido en mi vida".

 Ramón, al que hemos saludado muchas veces, nos ha parecido siempre un hombre de absoluta discreción, enamoradísimo de Ángela, sin afán alguno de llamar la atención, comprensivo en todo momento de la carrera de ella, a la que nunca puso obstáculos a pesar de las separaciones obligadas cuando ha tenido que permanecer durante prolongadas giras lejos de su hogar madrileño. Ahora son abuelos por triplicado y lo único que lamentan es que no pueden ver a sus hijos y nietos a menudo por vivir éstos fuera de España.

Fuente  Externa

0 comentarios:

Publicar un comentario