Los altos niveles de calidad demostrados por Raymond Pozo en la televisión, en sus shows en vivo y en el cine lo han convertido en una de las principales figuras del espectáculo dominicano, pero nada ha logrado que pierda su humildad ni que olvide sus orígenes ni su compromiso con su familia ni su fe cristiana.
Nos sentamos con él a mirar para atrás y también para adelante…
Raymond, ¿cómo evalúas lo que ha pasado contigo hasta este momento en tu carrera, ¿tú te soñaste a este nivel?
(Rísa) Noo, nunca! Si recuerdo tanta oportunidad que me dio Yaqui Núñez Del Risco en aquellos momentos, (En Hora Buena) considero que desde ese tiempo para acá, que Yaqui fue un visionario en ese sentido.
¿Cómo tú le llegaste a Yaqui?
Bueno porque, recuérdate que el que tiene sed es quien busca el agua, yo toque todas las puertas, por eso es que tengo la cara ancha, fue de las puertas que me cerraron en la cara (jajajajaja) pero toque todas las puertas en donde yo pensé que se me podía dar la oportunidad y Dios me abrió muchas.
En ese momento, tú estabas buscando una oportunidad, pero tú no sabías ni para qué. Tú querías estar ahí, pero no sabías hasta donde se podía llegar…
La diferencia de los que nacemos artistas, es que cuando buscamos una oportunidad en lo que menos pensamos es en dinero y fama, las cosas llegan porque es un automático, pero uno lo que buscaba era la oportunidad de poder hacer lo que le gusta y Dios bendice a uno cuando ve los corazones desprendidos.
¿Y cómo tú te recuerdas en San Cristóbal, cuando tú eras muchacho bregando con este caudal de palabras que querían salir de tu boca?
No yo me recuerdo desde antes, del campo de Jamey donde yo nací, recuerdo la necesidad económica matando, imagínate mi papa y mi mama tuvieron 10 hijos y ninguno trabajábamos, nada más porque Dios es grande, Dios respalda -si él puso a esa dos gente hacer esos muchachos es porque él iba a respaldar- y recuerdo que nosotros vivíamos- mi papa de la albañilería y mi mama no trabajaba- y que a nosotros nos inscribieron en la escuela fue por parte, mi papa entresacó disque los más inteligentes, porque era escuela pública pero había que gastar en uniforme y no había para todos y yo no fui entre los más inteligentes, no me tocó en la primera parte, me tocó en otra ocasión y siempre fui muy mal estudiante, ¡el peor!, tú sabes que hay un cable que va desde el estómago al cerebro y si no está conectado no funciona bien jajajaja por más que yo quisiera, pero Dios me dio una gracia para caerle bien a los profesores y a los compañeros del curso, la vena artística salió desde temprano.
¿Y tú te la pasabas haciendo chiste?
A veces sí, hacia muchos chistes en la escuela. La necesidad económica nunca fue un stop para yo desarrollar lo que siento por dentro, el artista nace, uno no tiene que ver con lo que te rodea, uno explota.
¿Qué les dices a los muchachos de cualquier parte del país que puedan leer lo que tú piensas, hasta donde haz llegado y de dónde vienes?
Que nadie pare de soñar y que recuerde que nosotros somos dueños del talento, somos administradores de un talento que es Dios quien lo pone y tenemos que cultivarlo con la obediencia primero para poder lograr éxito.
Fuente Maribel Contrera
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