La actriz y cantante decidió hace tiempo que no quería que nadie pudiera acusarla de ser una estrella caprichosa y desde entonces se toma muy en serio su «responsabilidad» como famosa
Algunas artistas se deleitan cultivando su reputación de divas a lo largo de los años incluyendo las peticiones más descabelladas imaginables en la lista de exigencias que las precede allá donde van, pero a Jennifer Lopez no le hizo ninguna gracia que le colgaran esa etiqueta aunque fuera acompañada de la coletilla ‘del Bronx’.
«Al principio de mi carrera sucedieron cosas horribles de las que tuve que recuperarme. Dije lo que no debía en algunas entrevistas. Me guiaba por el método de ensayo y error y al final te acaban encasillando. Te colocan en una categoría: eras de esta manera o de esta otra.
Y acabas siendo una diva», ha recordado durante la conversación que ha mantenido con otras grandes estrellas como Charlize Theron, Renee Zellweger, Awkwafina y Cynthia Erivo para el periódico LA Times.
Al mismo tiempo, JLo reconoce que esa reputación que empezaba a atribuírsele le obligó a analizar su vida y muchas de las decisiones que había tomado hasta ese momento para asumir de una vez por todas la «responsabilidad» que recaía sobre ella como «personaje público».
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