Labels

miércoles, 25 de agosto de 2021

“Me gustaría ser recordado como el urbano que hizo música positiva”

                                           


Haber nacido en un barrio del sector Los Mina, en Santo Domingo Este, no representó ningún obstáculo para que Erickson Rafael Fernández Paniagua se convirtiera en el exitoso artista urbano que es hoy bajo el nombre de Mozart La Para.

Como todo el que alcanza éxito en una familia humilde, en su caso hijo de una enfermera y de un militar (actualmente coronel activo), tuvo que vencer muchas barreras para llegar donde se encuentra, aunque nunca pasó hambre porque sus padres eran muy trabajadores.

“Debo decir que no pasé hambre, porque mi papá y mi mamá no eran millonarios y ni siquiera de clase media, pero trabajan duro para sus hijos. Son gente seria y trabajadora. Yo tal vez pasé lucha para lograr lo que he querido siempre, que era mi música, pero hambre nunca pasé”, agregó.

“Yo trabajaba y ganaba poco, pero de ahí pagaba mi universidad, yo ganaba $5, 600 pesos en hermanos Caba Auto Parts”, recuerda.

La pobreza
Para el popular artista urbano, la gente puede salir de la pobreza y en su caso la fórmula que aplicó fue creer siempre él, sin importar que mucha gente le dijera que no daría para eso, porque en el camino siempre encontró a otros que le decían “dale, yo soy tu fanático. Tú puedes”.

“Uno puede salirse debajo de la pobreza, una de la fórmula para mí fue creer siempre en mí, se pudiera o no se pudiera, porque nosotros somos el resultado de lo que pensamos. Yo siempre pensé qué quiero hacer, qué quiero ser y qué quiero tener. Después cómo puedo estar, dónde puedo estar y cómo puedo llegar. Esa fue mi fórmula.”

Extraña a los amigos
Al echar una ojeada a la vida del barrio que dejó atrás, Mozart confiesa que extraña los amigos que siempre confiaron en su talento y lo apoyaron.

A veces extraña sus inicios, esos tiempos en que pasaba desapercibido y en cualquier lugar podía estar tranquilo.
“Recuerdo siempre los amigos del barrio, a Vikeby, quien en una ocasión, como a las 4:00 de la mañana, había un pana tirándome la pista y yo improvisando, me dijo: ‘loco, tú vas a ser que vas a representar este barrio. Dionis, que ese iba a todos los lados conmigo, me llevaba en su motor.

El Tártaro, que siempre me llevaba en su carrito donde yo necesitaba ir. Estarquin, que siempre me apoyó emocionalmente; Mameyón, que siempre confió en mí. El Gallo, el Rano, Diorvis y el Chicuelo, mis amigos del barrio, espero que no se me hayan quedado algunos. Mi madre, que siempre me apoyó, de lo poco que ganaba me daba 500 pesos para comprar una pista”.




0 comentarios:

Publicar un comentario