Después del mal trago que pasó en París a principios de esta semana, Kim Kardashian ha puesto todos los kilómetros que ha podido por medio y ha regresado ya a Los Ángeles con su familia.
La socialité no se ha pronunciado aún sobre el asalto a mano armada que sufrió en su alojamiento de la capital francesa en la madrugada del pasado lunes, en el que los ladrones se llevaron un botín en joyas de cerca de 9 millones de euros.
Ha permanecido en silencio en las redes sociales y ha cancelado una aparición pública que tenía prevista, según se dice ha tomado la decisión de mantener un perfil bajo en redes sociales y mantenerse al margen del ojo público, al menos de momento.
Y es que se ha publicado que la noche del robo, Kim temió por su vida, un gran susto del que estaría tratando de olvidarse.
Unos días antes, había hablado precisamente del anillo robado, una sortija que le regaló su marido Kanye West hace un par de años.
Contó que estaba durmiendo cuando la despertó y le mostró la caja en la que estaba la espectacular joya de Lorraine Schwartz. “Fue como, ¿pero tengo que devolver el otro anillo? (de compromiso) y él dijo, ¿podrías hacerlo?” contó, aunque en seguida le dijo: “Estoy de broma”. Una anécdota que relató en el programa Radio Andy, de Andy Cohen.
Fuente Externa
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