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lunes, 24 de septiembre de 2018

El narcocorrido ya “mató” al mariachi como símbolo de México, señala estudio

                                       
                                       


César Burgos Dávila, investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Sinaloa, analizó el narcocorrido y se sumergió en sus entrañas: lo que se hace con la música, lo que esta significa en nuestra cultura, la resignificación y apropiación de la música de los oyentes.
No es el mariachi el género musical que predomina en la identificación actual de México en el mundo. Lejos quedaron los tiempos en que las canciones de aquellos hombres de sombrero de charro, moño costurado y botines representaban el género más importante del país. Ahora, México es reconocido desde el exterior por la influencia de los narcocorridos.
Esto lo afirma el investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), César Burgos Dávila, miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Explicó que al inicio de su investigación —durante la revisión de la literatura—, encontró una tradición metodológica dominante. Sociólogos, filósofos, psicólogos, historiadores, e incluso antropólogos, se mostraban interesados en el discurso del narcocorrido “por lo que narra, por el mensaje que construye”.
Encontró que el narcocorrido era fuente de documentación histórica, que era considerado también como fuente de recreación literaria debido a que narraba a sus personajes, logros y fracasos; era visto en términos psicológicos y sociológicos como un objeto de representación, como si la lírica fuera un espejo de la realidad social actual, y eso estuviera incrustado en alguna parte de la memoria social.

“Veía que hacía falta algo, abandonar el texto y meternos al contexto; es decir, comprender la música desde los actores que producen y consumen la música, comprenderla en los escenarios donde la música circula”.
Burgos Dávila se sumergió en las entrañas de los narcocorridos: lo que se hace con la música, lo que esta significa en nuestra cultura, la resignificación y apropiación de la música de los oyentes.
“Me llevó a hacer un estudio etnográfico, también a salirme de corrientes metodológicas de la psicología clásica y a empezar a considerar corrientes de la etnomusicología, de la sociología de la música, de la antropología, en donde era necesario estar en el contexto”.

Fuente  Externa .

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